Pagaría por no verte extrema los lazos de la ficción y la
realidad en la obra de Juan Sasturain. Tercer libro protagonizado por
Etchenike. Un viejo y cansado Etchenike debe investigar un crimen en plena
década del ‘80 que lo llevará en un viaje al pasado, ya que el socio de su
antiguo amigo Manuel “Pajarito” Saldívar aparece muerto. La cabeza del finado
Mauro Peratta, un mujeriego relacionado con altos mandos tanto militares como
de la curia, era disputada por muchos: desde el guardaespaldas de Saldívar
porque su mujer se encamaba con él, pasando por Diana -la hija de Saldívar-,
que se disputa con el muerto la sucesión de la empresa, y hasta el propio
Saldívar, que sospecha que Peratta lo quiere estafar. Etchenike cuenta con sus
compañeros Tony García y el Negro Sayago para resolver el crimen, evitando que
su investigación sea “contaminada” por la Policía comandada por el oficial
Macías. Como buen policial, tenemos entonces al investigador ante un crimen por
resolver, muchos presuntos asesinos, las fuerzas policiales entorpeciendo la
resolución del detective privado y mujeres.